Mis queridos sobrinos (o sea que soy vuestro tío José Antonio de Perú) Javier e Irene:
Me habría gustado muchísimo estar con todos en este día tan grande en que vais a recibir nada más ni nada menos que a la persona más importante del mundo y de toda la historia: JESÚS. Y lo vais a "comer"; es como cuando os dicen los papás: "te quiero tanto que te como". Y esta comida es la que alimenta más que todas, porque alimenta el alma, porque alimenta para nunca más tener hambre, porque es Dios. Y para esta fiesta todo es poco, así que voy a rezar mucho por los dos. Me gustaría estar y contaros cuentos, cantaros canciones
como vosotros hicisteis conmigo en vuestra casa en aquel festival inolvidable en que os ibais presentando para dedicar lo mejor a vuestro tío.
Bueno, no quiero enrollarme más. Sólo deciros que os quiero mucho, mucho
pero muchísimo más os quiere JESÚS y por eso quiere entrar en vuestro corazón en este día tan grande. Rezad por mí, para que sea bueno y santo. Yo haré lo mismo por vosotros, por vuestros papás, abuelos y toda la familia. En esa iglesia de Rollán tomamos también los tíos nuestra primera comunión
y gracias a Dios seguimos tomando la segunda, la tercera
miles. Si no nos alimentamos, nos morimos. Si no comulgamos, nos perdemos.
Que lo paséis muy requetebién y que la Virgen Santísima os visite a todos y os llene de alegría. ¡Guardad algo de tarta que en cualquier momento me presento! Un abrazo muy grande
José Antonio