MARÍA ANTONIA,

CARICIA DE DIOS

 

 

 

 

 

 

José Antonio Benito

 

Lima 2009


Í N D I C E

 

1. LA VILLA DE ROLLÁN

2. NACIMIENTO Y BAUTISMO

3. HOGAR, DULCE HOGAR

4. LA ESCUELA

5. EL CATECISMO

6. PRESIDENTA DE ACCIÓN CATÓLICA

7. LA ENFERMEDAD Y LA VIRGEN DE FÁTIMA

8. NOVIAZGO Y BODA

9. FAMILIA DE LABRADORES

10. HACIENDO IGLESIA

11. LA EUCARISTÍA

12. MOVIMIENTO DE MOVIMIENTOS

13. 50 AÑOS DE FIDELIDAD

14. COSER, CANTAR Y ACONSEJAR

15. SPRINT DE AMOR

16. DESCANSA EN PAZ

17. COHERENCIA

18. PRESENTE ENTRE NOSOTROS

 

 


Un don necesariamente hay que compartirlo. Lo que se recibe gratis, gratis hay que entregarlo. Éste es el sentimiento común de la familia de María Antonia. Cuantos hemos sido agraciados por su presencia, nos sentimos impulsados a contar lo que el Señor obró por su medio entre nosotros.

 

Expresar sentimientos, especialmente cuando todo está tan reciente, no es nada fácil. Indagar informaciones, inquirir vivencias, casi siempre resulta engorroso o problemático. Con todo, conscientes de que rescatar la memoria pasada es ayudar a vivir con más plenitud el presente, ofrecemos los recuerdos y vivencias al calor del amor por nuestra madre, sencilla y alegre.

 

 Como tituló la nota el Director de la Revista Estar, su paso por la vida fue una auténtica caricia de Dios, caricia que aun hoy seguimos sintiendo.

 


  1. LA VILLA DE ROLLÁN ( Foto de la Iglesia)

 

Rollán es el pueblo de los abuelos y tatarabuelos, también de María Antonia. En el que nace, crece, vive y muere. A veinte kilómetros de Salamanca, en la mitad del camino que une las carreteras de Vitigudino y Ciudad Rodrigo, en el Campo Charro. Al sur, se recortan grisáceas las crestas de la sierra de la Peña de Francia y al noroeste, más cerca, el monte de los Montalvos.

Pueblo de laboriosos labradores y emprendedores constructores. Pueblo marcado por la orden de Alcántara como puede verse por tantos escudos que adornan la robusta y esbelta iglesia. Pueblo sencillo, alegre, que hasta los años setenta contó con cura, médico, maestro y boticario. De igual modo, su iglesia, su centro médico, la escuela y la farmacia. La vida giraba en torno a la labranza de los campesinos o labradores, la construcción de los albañiles u obreros, el bullicio de decenas de niños. Los focos de reunión: las pozas y tiendas para las mujeres, el potro o el mentidero y el café para los varones, el frontón y campo de fútbol para los jóvenes. Cada día, se escuchaban las campanas una vez al menos, para la Misa; en otras ocasiones, de acuerdo con la lentitud o rapidez, se convocaba por la muerte de un ser querido, por la alegría de una vida nueva, o para avisar de algún contratiempo (fuego, pérdida de algún feligrés)

María Antonia vivió muy feliz en su pequeña patria. Podría recorrerla sin abrir los ojos; conocía muy bien sus calles y callejas, los lugares de reunión (pozas, tiendas, salón de baile), pero, sobre todo la iglesia, a veinte metros de su casa; con razón, era guardiana de una de las llaves.

Era depositaria consciente del rico patrimonio espiritual de la villa. De algún modo se sentía su guardiana y heredera. Citemos tres testimonios. En primer lugar, al señor Amadeo Hernández, quien hasta sus 90 años cumplió como cristiano ejemplar sus deberes y dio sus tres hijas Lorenza, Antonia y Amelia como religiosas Hijas de María Auxiliadora. Otro cristiano ejemplar a quien trató fue el señor Félix Martín Marcos, que ayudó permanentemente en todas las actividades de la parroquia. Mucho le influyó la vida y muerte de don José Luis García Cuadrado, Pepito, quien murió mártir en Campanario (Badajoz) a los 28 años de edad.

Las últimas adquisiciones de la iglesia parroquial fueron: En 1919, el 8 diciembre, una imagen de la Inmaculada con sus andas por 240 pesetas y fondos de la congregación Hijas de María. En 1929, otra de la Virgen del Rosario, que costó 500 pesetas y que se pagó con los fondos de la cofradía de Virgen de la paz y los del Rosario, así como de limosnas de varias personas. En 1930, se restauró en Valencia (Casa de Pío Mollar) la imagen de la Virgen de la Paz –hoy en el baptisterio-, importando 129, 30 Ptas. de los fondos de la Asociación de Virgen. Ese mismo año 1930 se compró una reja de hierro para la capilla de la Virgen para sustituir a uno viejísimo de madera.

 

2. NACIMIENTO Y BAUTISMO  ( Foto de los abuelos)

Fueron los padres de María Antonia, José Antonio Rodríguez[1] el tío Toño, alto y delgado, labrador, trabajador y honrado; quien vivió 74 años; y María del Pilar Martín Lucas[2], la señora María, buena y rezadora como ninguna, vivió 69 años, y murió en 1974, un mes antes que su esposo. Del matrimonio nacieron también Juana, Emilia y María de los Ángeles.

Nació el 11 de febrero de 1939, fiesta de Lourdes. Fue bautizada por el párroco don Jorge Vicente, a los pocos días del nacimiento[3]. Su nombre tenía que ver con san Antonio; la popular canción "San Antonio y los pajaritos" se la escuchamos cientos de veces al abuelo Toño y también a nuestra madre que llevaba su nombre en honor al santo. En la iglesia del pueblo, allá por el año 1748, se labró un precioso retablo del lado izquierdo del templo con una bella talla de San Antonio de Padua (1195-1231), al que León XIII llamó "el santo de todo el mundo", porque su imagen y su devoción se encuentran por todas partes.

 

Por parte de Agustín, fueron sus padres Jesús Benito Martín, labrador arrendatario, alcalde de Carnero, quien vivió 58 años, hasta 1960 en que fue llevado al seno del Padre; y María Iluminada Moñita Moñita, quien falleció en 1935 a los 31 años de edad. De ellos nacieron Agustín y Rafael. El abuelo Jesús volvió a casarse con Silvia García, quien era viuda también y tenía un hijo, Juan Luis. Del nuevo matrimonio nacieron: Manuel, Dolores e Isabel.  (Alomejor este párrafo queda mejor cuando hablas de mi padre)

 

 

  1. HOGAR, DULCE HOGAR (foto de las hermanas)

 

Tuvo tres hermanas: Juana, Emilia, Ángeles. De las cuatro  sólo pudieron estudiar las dos menores, Emilia y Ángeles. Ella –a pesar de la facilidad que mostró siempre por aprender- no sintió nunca el que le hiciesen de menos sino todo lo contrario, se alegró muchísimo por las hermanas y les facilitó todo para que pudiesen coronar sus estudios de Educación como maestras de primaria.

Ella actuaba en todo momento como lo que era, la primogénita, era muy decidida, la que nos dirigía, la que nos compraba lo que necesitábamos…Nos lo hacía todo, la sentíamos como una segunda madre. Teníamos mucha relación con los primos de Calzada de don Diego. Íbamos habitualmente en burro y allí nos encontrábamos con la familia de tío Sebastián. Él también venía a menudo porque con nosotros vivía la abuela Isabel, su madre.

Cabe resaltar el ejemplo de la abuela María Lucas, su madre, que era siempre la primera en acudir a todos los actos litúrgicos y en dirigir las oraciones por los difuntos o ante enfermedades. Su matrimonio con José Antonio Rodríguez fue una bendición, lo que le permitió gozar de una paz espléndida como tantas familias cristianas del campo charro. Basta con recordar las semblanzas poéticas de Gabriel y Galán para comprenderla. Se entendía a las mil maravillas con sus padres.

 

  1. LA ESCUELA

 

Tuvo una gran facilidad para los estudios. Su memoria fue proverbial. De ello da fe los cientos de poesías y las innumerables canciones que era capaz de recitar e interpretar. Sus maestros y compañeras de escuela guardan un recuerdo imborrable de su aplicación. Sus hermanas recuerdan cómo incluso cuando iba algunos días de visita a Calzada de don Diego no perdía para nada las clases, aprendiendo todo lo que allí se enseñaba aunque fuese un villancico en gallego.

Su profesora fue doña Inocencia Cuadrado, reemplazada en ocasiones por su hija doña Romana García. Insistían mucho con las láminas de historia sagrada, historia natural… Nos recordaba alguna de las comedias que vio y, sobre todo, representó. Una de estas fue "La esclava de Fabiola". Nos solía cantar el sainete de los "Monagos" (monaguillos), "Perico y Nicasia"… Junto con su amiga Amalia facilitó al Dúo Mayalde la simpática canción de "La Herencia"

Guardaba con cariño el recuerdo de sus años escolares, particularmente los pasados con doña Inocencia a quien dedicaron esta bella canción que tantas veces nos cantó y que fue compuesta por otro maestro, don Ezequiel.

 

Hoy ha dejado la escuela nuestra querida maestra

Y por eso sus alumnos muy desconsolados quedan.

La escuela nuestra qué sola está, doña Inocencia nos deja ya.

Como quedamos tan solos, la vamos a echar de menos

Pero siempre en la memoria llevaremos un recuerdo

La escuela nuestra qué sola está (bis)

Gracias le damos a todas por haber acompañado

Lo que doña Inocencia ejemplo nos ha dejado

Doña Inocencia adiós adiós dicen las niñas de corazón.

La escuela nuestra qué sola está, doña Inocencia nos deja ya.

 

JESÚS AMOROSO[4] El más fino amante

Quiero en este instante sólo en Ti pensar

Tú eres mi tesoro, tú eres mi alegría

Tú eres vida mía yo te quiero amar (bis)

¡Oh corazón dulce, de amor abrasado!

Quiero yo a tu lado por siempre vivir

Y en tu llaga santa viviendo escondido

De amores herido en ella morir (bis)

 

De igual modo nos recitaba el poema patriótico y misionero dedicado a San Francisco Javier y titulado "Mirad la bandera" ,enseñado por doña Romana Cuadrado:

 

Mirad la bandera que eleva en España

Javier que a las Indias a Cristo acompaña

Su fe predicando más limpia que el sol

Javier nos convida: "venid misioneros, venid"

Juremos por Cristo luchar los primeros

Pues Rey se ha llamado del pueblo español (bis)

En las sombras de la muerte

Los infieles nos esperan para ver antes

Que mueran de la cruz el resplandor (bis)

Acudamos a salvarnos con las aguas de la vida (bis)

Que derrama de su herida el Divino Redentor

 

5. EL CATECISMO

 

A ella le tocó aprender como a toda su generación el popular catecismo Astete. Su hermana Emilia recuerda cómo aprovechaban cualquier ocasión para memorizar los temas, como a la luz del farol, ordeñando las vacas y con la abuela María como profesora.

La Primera Comunión se hacía en equipo con el párroco, en este caso don Jorge. Bien se iba desde la escuela, bien desde casa a las horas convenidas. Cuando se acercaba la fecha, la preparación se intensificaba los domingos en la parroquia.

Siempre se recuerda el Certamen Catequético con motivo de las Misiones Populares. Particular relieve cobró el del año 1942 en que quedaron finalistas las dos hermanas Emilia y María Antonia. En casa, nuestra familia,  luce con orgullo el diploma de "Princesa del Catecismo". Dice así:

 

Para mayor gloria de Dios Nuestro Señor y honra de la Doctrina Cristiana, se nombra PRINCESA DEL CATECISMO a la niña MARÍA ANTONIA RODRÍGUEZ MARTÍN, vencedora con el número 1 en el Certamen Catequístico celebrado en Rollán el día 18 de diciembre de 1941. Firman la maestra Romana García, el Padre Misionero Gregorio Céspedes y el Párroco Manuel Domínguez

 

Selecciono una nota de don Manuel Domínguez, párroco, quien el 24 de junio de 1942  deja anotado en el "Libro de Régimen" sobre las Misiones Populares:

 

"Del 13 al 22 de diciembre de 1941 dieron en esta parroquia una tanda de misiones los RRPP. Céspedes y Barreira, SJ de la Residencia de Carrión. Aparte de los actos generales de la misión que se vieron concurridísimos, pudiéndose asegurar que no ha quedado en el pueblo ni un solo vecino útil que no haya asistido, dieron cuatro conferencias para jóvenes, una para hombres, otra para señoras. Celebraron un gran certamen catequístico y un día de retiro para los sacerdotes comarcanos. El número de comuniones pasa de 2000. El Señor bendiga los trabajos apostólicos de estos infatigables obreros del Divino Sembrador"

 

6. PRESIDENTA DE ACCIÓN CATÓLICA

 

Pensó seriamente acerca de su vocación religiosa, especialmente al ver el ejemplo de las tres hijas del señor Amadeo que fueron Hijas de María Auxiliadora. De igual modo, un momento fuerte de su discernimiento lo vivió al ser Presidenta de Acción Católica. Fue en enero de 1951 cuando se construyó el Centro Parroquial de Acción Católica al lado de la iglesia parroquial y por suscripción popular y fondos de fábrica.

Guardamos testimonios gráficos y escritos de su labor como miembro de la Acción Católica. Con motivo de su matrimonio se publicó la nota siguiente en el boletín provincial de Acción Católica: "El pasado día 31 de agosto contrajo matrimonio en la Iglesia Nuestra Señora del Carmen de Salamanca, la señorita María Antonia Rodríguez, Presidente de las jóvenes de Acción Católica y Delegada de Menores, con el joven Agustín Benito. Nosotros le mandamos nuestra más cordial enhorabuena y pedimos a la Santísima Virgen que colme su hogar de bendiciones"

 

7. LA ENFERMEDAD Y LA VIRGEN DE FÁTIMA

 

Tal como cuenta en su poesía, contrajo una grave enfermedad –septicemia de sangre- al parecer por una hierba que se le incrustó en la piel; más adelante evolucionó hacia una pleuresía que le postró en cama por más de un año. Como era tan comunicativa y alegre, por su cuarto pasaban casi todos los jóvenes del pueblo, al igual que los familiares.

Por aquella fecha, 1948, en el mes de octubre, Jesús Cardoso Llorente, natural de Rollán y vecino de Lisboa, donó a la Parroquia una preciosa imagen de Nuestra Señora de Fátima, traída de Portugal y entronizada el día 13 del mismo mes con solemne fiesta. Todo fue precedido por una novena. Hubo confesión, comunión general, los enfermos fueron llevados a los pies de la Virgen; todos se disputaron el honor de llevar o al menos tocar las andas durante su recorrido triunfal; se puso de manifiesto la gran devoción que el pueblo siente hacia la Santísima Virgen. Se había aparecido el 13 de mayo de 1917 y poco a poco se había extendido su devoción por todo el mundo La llegada al pueblo fue todo un acontecimiento que hizo que María Antonia se encomendase muy de veras a Santa María, en esta advocación. A raíz de la mejora prometió llevar el hábito de la Virgen de Fátima durante una temporada. Parece que gracias a la penicilina, las inyecciones de trión y la intercesión de la Virgen se restableció totalmente.

 

HISTORIA DE UNA ENFERMEDAD


El cinco de julio

os voy a explicar,

cómo ha empezado

mi enfermedad.

Me marché a la huerta

empecé a regar,

me dolía la cabeza

no podía andar.

Estuve cenando

sin tener ganas,

y sin terminar

me metí en la cama.

Estuve tres días

con algo de fiebre,

hasta que un día

llegué a treinta y nueve.

Al ver que la fiebre

tanto tiempo existía,

ver a don José

es lo que quería.

Al otro día

vino don José,

pasando unos días

sabré lo que es.

Don José primero

creyó fuera infección,

y por otro lado

síntomas no halló.

Comiendo puré

y agua de naranja,

hasta que la sangre

mandó analizarla.

Y de cinco cosas

mandó a ver que daba,

esta sangre mía

que no daba nada.

La penicilina

también me pusieron,

todos los dolores

bien pronto cedieron.

Don José mi mal

él bien lo sabía,

pero por los rayos

él verme quería.

Mañana tenemos

que ir a la capital

para que me vean

esta enfermedad.

Me echan en la mesa

me reconocerán,

y algún  picotazo

también me darán.

Me ponen de pie,

me miran por Rayos,

para que  vea

don José mi daño.

Y cuando vengamos

con la solución,

dirán  a María

qué tal estoy yo.

La Virgen de Fátima

ya sabe mi mal,

don José mañana

también lo sabrá.

Fuimos en el coche

con comodidad,

aire nos entraba

para refrescar.

Llegamos a casa de

Anciones, me reconoció,

me mandó a otros dos médicos

para verme mejor.

me miran por rayos

no me encuentran nada,

la radiografía

es lo que hace falta.

Fuimos a Villalobos,

un ruido sonó

la radiografía,

allí me sacó.

En la radiografía

vieron mi mal,

pero hasta la tarde

no se secará.

A casa don Antonio

también me llevaron,

tuve la desgracia

que allí me picaran.

Se portó mi dedo

bastante cordial,

me salió la sangre

con facilidad.

Al terminar el recorrido

le digo a don José:

- Dígame mi mal

que lo quiero saber.

Don José me dice:

- no te apures, mujer,

que llegando a casa

te lo diré.

Montamos en el coche

a casa de Domingo,

estuve acostada

un buen ratito.

Vámonos a casa

con gran rapidez,

que aquella familia

quiere ya saber.

Don José enseguida

vino a la llegada,

"que comiera mucho

y no hablara nada".

Don José: "siempre".

Supo bien mi  mal,

infección de sangre

es mi enfermedad.

Todas estas cosas

las quiero hacer bien,

no muriéndose uno

¡qué le voy a hacer!.

Don José me cura

con todo su afán,

la Virgen de Fátima

a él le ayudará.

Las gracias le tengo

que dar a don José,

que me va curando

de todo muy bien.

Al pasar los dos meses

a Anciones volvía,

de gorda que estaba

no me conocía.

Me reconoció,

me miró por rayos,

y también la sangre

él me ha sacado.

De esta vez Anciones

él solo me vio,

enseguida dijo

que iba ya mejor.

Y necesito más,

este invierno –creo yo-

poco frío he de pasar,

llevo más de tres meses

y lo que me quedará.

Estoy muy contenta

y muy satisfecha,

que el trece de octubre

la fiesta aquí fue,

de la Virgen de Fátima

y la pude ir a ver.

Nunca creí poder verla,

por eso ¡Virgen de Fátima!

muchas gracias te daré.

En noviembre el diecisiete

pude salir al sol,

por ver si saliendo

podría comer mejor.

A los dos o tres días

un suceso pasó,

enseguida la pleura

se me presentó.

Aquí me parece

paciencia hay que tener,

estar ya tan buena 

y en cama otra vez.

Tenía derrame

bastante subido

y con el tirón

ha disminuido.

Estos carnavales

de nuevo me levantaré,

llevo ya tres meses

quieta en cama otra vez.

El uno de marzo

ya no me levanté,

con un roce a la pleura

quieta en cama otra vez.

¡Virgen de Fátima!

nada pido, nada rechazo,

tu cruz es luz divina,

tu luz es sol que abrazo.

¡Jesús, es por tu amor!

por la conversión de los pecadores

haz que arda mi corazón

y agradezca estos tus favores!

 


 

En 1950, el Obispo de Salamanca, Monseñor Francisco Barbado Viejo, hizo su visita pastoral a Rollán y confirió el sacramento de la confirmación a muchos jóvenes y adultos. Al enterarse de su enfermedad y la devoción por la virgen de Fátima la suscribió a la revista "El Sol de Fátima" y María Antonia la leía con sumo agrado. Como gratitud al Prelado, le dedicó unas coplas desde su lecho:

 

AL SEÑOR 0BISPO(1950)

Llegó el día veintiséis,

¡buen ansia que me da!,

que viene el Señor Obispo

a Rollán a confirmar.

Es verdad que estoy en cama,

desde aquí lo obsequiaré,

que Dios a usted lo ilumine,

eso se lo pediré.

Como pastor de almas

y señor tan elevado,

en el pueblo de Rollán

no sabrán cómo obsequiarlo.

Jóvenes de Acción Católica

irán vestidas de charras,

quieren obsequiarlo a usted

como el pastor de las almas.

Bienvenido sea señor

a este pueblo en general,

que todos con alegría

su visita esperan ya.

A ver si con su visita

y tan grande simpatía,

muchas almas algo tibias

se convierten en más vivas.

Con fe todo se puede

y también con la oración,

y pedir unos por otros

me parece buen señor.

Y eso que aquí en este pueblo

gracias le podemos dar,

tenemos buen sacerdote

nos habla con claridad.

Nos ha puesto un buen pastor

que si falta alguna oveja,

se marcha en busca de ella

qué pena si no la encuentra.

Así que gracias le doy

por eso en particular,

pido vaya contento

de este pueblo en general.

Y si hay alguna falta

nos la sabrá perdonar,

que todo bien en la vida

nunca habrá podido estar.

Y cuando quiera la Virgen

Ella buena me pondrá,

para otra vez que vuelva

entonces lo he de obsequiar.

 

Más adelante, en dos momentos, peregrinará hasta el santuario de Fátima, colmando su gran deseo de hacerse presente en el lugar de las apariciones para agradecer la curación y la bendición del Hogar. De hecho, todos los años, al terminar las faenas agrícolas de la recolección toda la familia hacíamos la novena a Nuestra Señora.

 

ERES TÚ VIRGENCITA DE FÁTIMA

 


Eres tú virgencita de Fátima

que con amor y santo cariño,

te apareciste en aquella encina

a tres pobres  pastorcillos.

Sin esperar ellos nada

oyen ruido…¡qué miedo!

Tú los consuelas diciéndoles:

"No temáis que soy del Cielo",

quiero que vengáis aquí

el trece de cada mes,

en octubre ya os diré

aquello que pienso hacer.

Pero quiero por ahora

que recéis el rosario,

que los pecadores

se hagan cristianos,

que mi corazón

está muy injuriado,

a ver si vosotros

me consoláis algo.

 

Yo creo virgencita que sí,

tu fe está muy propagada

por todo el mundo católico, ¿??

 aquí, ahora, al regalarla,

ese don Jesús Cardoso

al ser su infancia en Rollán,

con esta imagen hermosa

nos ha querido obsequiar.

Me decían que eras hermosa

la gente que te había visto,

ahora ya te veo yo

porque antes no había podido.

Y ahora que ya estoy a verte

las gracias te pienso dar,

que jamás creí que hoy día

te vendría a visitar.

Al decirme que podía

venir a comulgar,

tengo una alegría tan grande,

¡no te puedes figurar!

Y si no hubiera venido,

mejor que nadie lo sabes

que estaba enferma en la cama,

y te cantaba cantares.

Como los cantan las mozas

que todos yo bien sé,

que cuando estaba buena

mucho siempre los canté.

Al ser hoy día tan grande

que he venido a comulgar

harás ¡oh Virgen María!

que no vuelva a pecar.

Y el no poder ir a misa

me cuesta mucho el decirlo,

lo llevaré con paciencia

porque es lo que tú has querido.

Y como lo quieres tú,

se cumpla tu voluntad,

que nadie mejor que tú

sabrá lo que puedes dar.

Así que estoy muy contenta

y también emocionada

de ver la gente que acude

a la novena de Fátima.

Con la alegría que van

de buena gana quisiera,

hicieras algún milagro

que la gente más creyera.

Si no es  de cuerpo, de alma;

que el alma alimenta más,

que tenemos mucha falta

en el pueblo de Rollán.

Y si me dais a elegir

qué quiero de las dos cosas,

la salud del alma primero

porque esa es más provechosa.

Y como yo todo el mundo

ha de querer esa gracia,

que el cuerpo es lo que se muere

y lo que vive es el alma.

 

Así que Virgen Bendita,

si es que es tu voluntad

conceder alguna gracia.

De una manera especial

En este día tan grande

te pedimos con cariño,

y no nos sabrás negar nada

como una madre a su hijo.

La gracia que yo quisiera

que siga este pueblo igual,

no dejemos de alabarte

por miedo al qué dirán.

Y como sé que lo quieres

al hacer tu petición,

harás que nos consagremos

a tu excelso corazón.

Porque era lo que pedías

comulgando cinco sábados,

se consagraría Rusia

a tu corazón sagrado.

Y consagrándonos todos

a tu excelso corazón,

en el pueblo de Rollán

se acabará ya el rencor.

Quedemos todos unidos

como el pastor al rebaño,

y en la hora de la muerte

nos llevarás a tu lado.

 

CÁNTICOS DE FÁTIMA

El trece de mayo

se le apareció,

a tres pastorcitos

la Madre de Dios.

Los tres pastorcitos

bien la contemplaban,

a aquella Señora

que los iluminaba.

Rezad, pequeñitos

el santo rosario,

para que este pueblo

se haga cristiano.

Los niños le dicen:

"nos diga quién es",

"venid todos los meses

que ya os lo diré".

La Virgen María

del cielo les habla,

ellos le decían

si allí los llevaba.

Jacinta y Francisco

pronto me verán.

La pobre Lucía

tardará algo más,

pero aunque tarde

al cielo irá,

por los pecadores

tendrá que penar.

Veréis una noche

de aurora boreal,

que empiezan las guerras

tardando en cesar.

La Virgen María

esto se lo dijo

en el mes de octubre

a sus pastorcitos.

Treinta mil personas

vieron el milagro,

llegada  la hora

el agua ha cesado,

ha salido el sol

porque era la hora

de la aparición.

 

PEREGRINACIÓN (3-6-1988)

Poesía ante la Virgen de Fátima en acción de gracias por nuestra madre y por la Milicia.

Oh María, qué alegría

al vernos aquí a tus plantas,

un grupo de peregrinos

que hemos venido de España.

Venimos a venerarte

y estar en tu compañía,

somos los más pequeños

cruzados de Santa María.

Al vernos aquí un buen grupo

viéndonos con tanta fe

regálanos tu don.

:::::::::::::::::::::::::::::

Estamos todos enfermos

y tú nos puedes curar,

si no es del cuerpo, del alma

que el alma es lo principal.

Con esta fe tan ciega,

y más que tú nos darás,

sembremos el Evangelio

para más almas salvar.

Que recemos el rosario

ese ha sido tu mensaje,

como un día lo anunciaste

a tres humildes pastores.

 

En este año Santo Mariano

nos has hecho un gran regalo,

que por la Santa Sede

hemos sido ya aprobados.

Hemos llegado a Fátima

y al verte aquí en este altar,

tengo una alegría tan grande

que nadie puede imaginar.

Quiero darte muchas gracias,

en nombre de mi padre y hermanos,

porque a mi madre curaste

de una enfermedad muy grave.

Tú le diste ocho hijos,

y cuatro has elegido

para ayudarte en la tierra

a llevar almas al cielo.

Te pido por Abelardo,

cruzados y militantes,

por medio del P. Eduardo,

a nuestro Padre nos guardes.

Así que Virgen María

a todos nos colmarás

auméntanos más la fe

para más almas salvar.

Te recemos el rosario

y nos cubras con tu manto,

y a la hora de la muerte

nos llevarás a tu lado.


 


La enfermedad le sirvió como gran prueba de madurez y de incremento de su amor a la Virgen. Unos años había sido mayordoma de la Virgen de la Paz junto con su amiga Isidora; el cometido de las mayordomas era múltiple: limpiar permanentemente la capilla del baptisterio donde estaba la imagen de la Virgen, pasar cada domingo por todas las casas del pueblo para solicitar una limosna para su culto, organizar la fiesta de las Candelas, velar el Viernes Santo y organizar el trueque de Dolorosa en la Resucitada procesión del Encuentro el Domingo de Pascua de Resurrección. Este amor a la Virgen supo después transmitirlo a toda su familia.

 

8. NOVIAZGO Y BODA

Agustín y María Antonia se conocieron en Calzada de don Diego, en la fiesta de S. Antón, 17 de enero. Después de acompañarla cortésmente a su lugar de hospedaje que no era otro que el de su tío Sebastián, se despidieron sin concertar de inmediato ninguna cita.

Después de dos años vino Agustín a Rollán y no la encontró, pues no estaba en el pueblo. Fue, a través de la intermediaria, su amiga Amalia Pérez, esposa de Modesto Martín, como quedó para el domingo siguiente poder encontrarse. Ayudó en estos encuentros la señora  Amalia, vecina y esposa de Tomás "Hojalatero", quien conocía a Agustín de sus visitas a Carnero. Como el amor hermana las diferencias y acorta los tiempos y las distancias, los cinco largos meses de noviazgo se le pasaron volando. Fue una relación intensa y nada fácil si tenemos en cuenta los escollos que, sobre todo, Agustín tenía que superar: viaje desde Carnero a Rollán en bicicleta y muchas veces de vuelta a Matacán; base aérea a 30 kilómetros de distancia, donde hizo la mili. Pero a pesar de todo Agustín será fiel a la cita.

Pasado este tiempo, decidieron preparar la boda, no sin antes pedir la mano con sus consiguientes regalos para la novia: una medalla de la Virgen de Fátima y una imagen de Cristo Rey. El traje de la novia se lo hizo una amiga de Emilia la de Balta. Costó unas 2000 pesetas, claro está, de las de antes  El del novio se lo compraron en Nuevas Galerías; sin que recuerden su costo. El ramo, por ser tan espectacular y llamativo, dicen que causó sensación. Los anillos los compraron en Paulino, la mejor tienda del momento.

Fueron los Padrinos, Rafa y Dolores (hermano y hermana del novio). Tanto la madrina como la novia llevaban la misma tela en su traje, aunque de distinto color: la novia en negro y la madrina en gris). Finalmente, el 31 de agosto de 1955, se casaron en la incomparable Salamanca. Se alojó la novia en casa de Doña Romana García Cuadrado, maestra, hermana del mártir don José Luis  e hija de la maestra del pueblo doña Inocencia. Por su parte, el novio en casa de los tíos de la finca de la Rad. Para el enlace la novia fue recogida en un taxi por el novio y los padrinos hasta llegar a la iglesia de Nuestra Señora del Carmen, donde tendría lugar la ceremonia. La elección de tal advocación mariana del Carmen siempre lo tuvo muy claro María Antonia. Sabía que la Virgen siempre sería su protectora, y a ella se encomendó en tan trascendente compromiso. También se daba el caso de que en esta iglesia estaba una bonita talla de su querida Virgen de Fátima.  Los casó el párroco de Ledesma de cuyo nombre ojalá nos acordemos.

Y tras la Misa, la mesa. Comieron en el Hotel Clavero. Acudirían a la boda unos 120 invitados. Ya entonces se llevaba el respigo[5], aunque con otros números. El más usual en esos tiempos era de 75 pesetas. Sacarían del mismo unas 13.000-14.000 pesetas que pagaron entre los padres de ambos.

Después de la boda, una luna (más bien sol) de miel relajada y ligeros de equipaje, una tarde de paseo, sin otros medio de transporte que el coche de San Fernando un ratito a pie y otro andando. El destino paradisíaco no fue otro que el parque de la Alamedilla, a unos 400 metros de distancia; de allí a la iglesia del Carmen –unos 200 metros- para rezar el rosario y por último- otros 300 mts. más o menos- retorno al hotel donde pasarán la noche. Al día siguiente vuelta al pueblo, no sin antes asistir a misa en la Clerecía, de los Padres Jesuitas, y comer en casa de los tíos de la Rad. Suficiente, satisfechos y felices. Y, sin más, fin del viaje y vuelta a casa.

Llegaron a Rollán en el autobús. Ya en el pueblo, con su traje de boda, el nuevo matrimonio hizo su paseíllo por las calles principales del pueblo, desde la parada del coche de línea hasta su casa. María Antonia se sonroja al venir del brazo desde la parada del autobús hasta la casa de sus padres, pues no estaba acostumbrada a esto, pero …un día es un día, ¿no es así?.

 

9. FAMILIA DE LABRADORES

El primer año fue duro económicamente, pues, aunque habían vendido el trigo en casa, no se lo habían pagado todavía. Con el dinero del respigo tuvieron un respiro; además, con una vaca que les regaló el abuelo Toño y dos bueyes el abuelo Jesús


pudieron hacer los primeros ahorros


familiares.

Su esposo Agustín participa siempre todos los meses de la Adoración Nocturna de varones, que fue creada el día 26 de octubre.de  1956 con 36 adoradores. Al acto vino el Sr. Obispo Francisco Barbado junto con el consejo diocesano y un centenar de adoradores de Salamanca, más la adoración de Ledesma que acompañó toda con su bandera y una representación de la de Valverdón. El Sr. Obispo impuso a los nuevos adoradores los distintivos y recibió la jura de la bandera conforme marca el ritual. Luego con su palabra sencilla y cálida les exhortó a que la obra que empezaban, que era y llevaba consigo sacrificio, fuera obra de perseverancia. Les instó a ofrecer  la oración y el sacrificio al Señor, para consolarlo, puesto que "es la hora de la noche la que más aprovecha el enemigo para hacerle la guerra a Cristo. El acto resultó brillantísimo. Que el Señor nos la haya querido bendecir y que todo sirva para su gloria y provecho de nuestras almas. Así sea".

Toda nuestra familia ha trabajado en la labranza del campo. Las labores de siembra, cosecha, trilla han estado presentes. De igual modo, la ganadería, el cuidado del ganado vacuno y porcino, el ordeño de las vacas…

Siempre hubo una gran devoción a San Isidro. De 1947, 15 de mayo, data la bendición de la imagen de San Isidro Labrador que se venera en el templo parroquial y que fue comprada por la hermandad de labradores[6].

Tanto tanto se querían, que su amor comenzó a dar brotes. Jesús, en 1956, el primogénito que unido a Conchi, les daría el primer nieto, todo un mozo ya, David. José Antonio, 1958, el segundo, historiador; Agustín, 1960, el tercero y más alto, gran actor, albañil. Juan Luis 1961, el cuarto y último de los varones, apóstol de jóvenes y cocinero de postín. Y llegaron las damas. Mari Lumi, la primera, en 1963, adoratriz de Cristo para liberar a las jóvenes, misionera sin fronteras, Juani, 1965, maestra, sonrisa de Dios, conquistada para el Cielo. Isabel 1966, profesora de Lengua, esposa de Jesús, madre de Javier e Irene. Y Marian, la última de los ocho, en 1969, historiadora.

Yo tengo como recuerdo más vago y lejano de mi madre el hecho de llevarme a la iglesia en brazos, subirme al banco y enredar con otros peques. De igual modo, al tener que ir a Salamanca nos llevó a mi hermano mayor Jesús y a mí para conversar con don Jesús, el Párroco, y preguntarle qué le parecía...Él le dijo: quizá tenías que haber llevado a alguno al Seminario. Y ella lo dejó en sus manos: "Pues don Jesús como vea usted.".

Siempre que salíamos de casa para un viaje, íbamos para orar juntos ante las imágenes del Corazón de Jesús y la Virgen de Fátima. Nunca olvidaré cuando veníamos sudorosos de las labores del campo: "¡Ay hijos míos, estaréis cansados!, y nos daba un refresco. Con qué alegría vivía nuestros triunfos. Con ella intimé como nadie acerca de mi vocación, de mis temores, de mis proyectos... Todas las conversaciones las sentía como propias...

Se sentía muy orgullosa de sus hijos. Dice Amalia, una de sus amigas: "A cada hijo le encontraba su gracias. Nunca supimos cual fue su  hijo preferido. Nos animaba siempre. ¡Yo hija también algunas veces me vengo abajo!, pero luego tomo fuerza de esa debilidad. Como San Pablo, cuando soy débil me hago fuerte en Cristo. Me ponía los videos. Me recitaba los versos. Ella fue muy feliz con su matrimonio. Hablábamos mucho de nuestros maridos. Cuando murió Juani, le costó aceptarlo y lo remontó. Murió muy feliz y satisfecha".

 

10. HACIENDO IGLESIA

Solía organizar muy bien su tiempo de trabajo y de hogar  para hacerlo compatible con las actividades de la Iglesia. Así en 1961, se dieron las Misiones en la parroquia desde el día 9 al  19 de noviembre por los PP. Dominicos Félix Bravo y Luis María Fernández, "resultando todos sus actos muy emocionantes para el pueblo; al acto de la noche asistía el pueblo en masa, hasta los ancianos; confesó y comulgó todo el pueblo"; en ellas participó de lleno toda la familia.

Participaba en todas las acciones litúrgicas populares como el Rosario, Vía Crucis, Mes de San José… Si no estaba el sacerdote ella era quien tomaba la responsabilidad. Lo mismo hacía con las lecturas en la Misa o en los actos de la parroquia, sínodos diocesanos, encuentros de catequistas…

Formaba parte del Rosario Perpetuo así como de la Oración desde el Hogar.

La visita de Juan Pablo II a España en noviembre de 1981 la llenó de grande emoción e hizo todo lo posible por poder verlo. Aprovechó el viaje que organizaron las teresianas de Salamanca a Avila. Sus impresiones de esta visita y del viaje de Juan Pablo II quedaron plasmadas en una poesía dedicada al Papa.

Tenía muy a gala el dar testimonio, especialmente gracias a su compromiso con la Acción Católica. De hecho, siempre que tuvo que estar en el Hospital se santiguaba, bendecía los alimentos, rezaba e invitaba a rezar el Rosario, repartía volantes, folletos, estampas…Solía decir: "Tengo que ser apóstol". Recitaba de memoria y le encantaba  la poesía: "¡Qué es ser apóstol!"

 

Llevar dentro del alma un infinito anhelo,

Soñar sueños divinos de gloria sin igual,

Estar muy por encima de todo lo del suelo,

Consagrando la vida al más grande ideal.

De Cristo enamorarse con ciego frenesí,

Probar que nuestro pecho tan sólo por El late

Y a «todo» sacrificio contestarle que sí.

Vivir sin ser del mundo en medio de la tierra

Y hacer del mundo entero un campo en que luchar

 Mas sin armas ni fuego, que es de paz esta guerra.

Un solo fin pretende: a Dios hacer reinar.

Entregarse al trabajo con ardor y «alegría»,

 Buscar siempre en la lucha la fuerza en la oración,

Lanzarse al sufrimiento sin viles cobardías

Y «cimentar sus obras en fe y abnegación».

Sin pensar en sí mismo, ni en dichas ni placeres,

Sin buscar más descanso que nunca descansar,

Sin temor a peligros, sin tener más quereres

Que una voluntad sola con la de Dios formar.

Y allí dentro, muy dentro, con ansia abrasadora,

Con Jesús compartiendo lo que en la Cruz sintió,

La sed de salvar almas, la sed que le devora

De almas, miles de almas, por quien su vida dio.

Las almas para Cristo, las almas a millones,

Pues de una sola es tanto el inmenso valor,

Que a su imperio se rindan, pueden


saciar su ardor.


En todas sus empresas le alienta, le sostiene,

Le ayuda y fortalece, le impulsa a combatir

María, que es su madre, por quien la gracia viene,

Le cubre con su manto, su amor le hace sentir.

Así el Apóstol cruza de un polo al otro polo,

Con voluntad de hierro, de fuego el corazón;

No hay nada que le arredre porque nunca va solo.

Que a su Dios está unido con inefable unión,

Ese su gran secreto: vive de Eucaristía.

Lleva dentro un Sagrario y allí en la intimidad,

Con Cristo que es su todo a El todo lo confía,

El es quien da a sus obras virtud, fecundidad,

En manos de este Artífice se siente que es su nada.

Su más pobre instrumento que El puede manejar,

Corno quiera que es suyo... es la nada entregada,

Y así su omnipotencia en ella llegue a obrar.

Por eso no se engríe jamás en la victoria.

Y nunca si fracasa se le ve desmayar,

De Dios es «todo» el éxito, de Dios «toda» la gloria,

Al Apóstol le toca «Tan sólo trabajar».

 

Promotora de El Promotor de la devoción a la Sagrada Familia. La revista la fundó en 1896 D. Valeriano Puertas Nava, sacerdote diocesano. Por aquel  tiempo, 3 de febrero de 1895 el Director Diocesano de la "Asociación de la Sagrada Familia", D. Nicolás Pereira Repila estableció ésta en la parroquia de Rollán. De aquella fecha puede ser la imagen de San José con el Niño, recientemente restaurada por Juan José Sánchez y que vemos en el altar lateral derecho del presbiterio. Conoció la revista por su maestra doña Inocencia, que era la corresponsal, quien a su vez le pasó la responsabilidad a su hija –también maestra, doña Romana- y luego a la abuela María de donde le llegó a ella. La revista se recibía y la pasaba a los vecinos. Ha estado 40 años como corresponsal, consiguiendo numerosas suscripciones. Lo hizo para ayudar a su madre y con el fin de prestar un servicio a la Iglesia. Al pasar el relevo a una sobrina le dio un poco pena pero también alegría por saber que cumpliría muy bien la misión. Ha servido como estímulo a las familias presentándoles los mejores modelos, los miembros de la Sagrada Familia.

 

Era corresponsal de revistas católicas populares como El Promotor, Selvas Amazónicas, El Sol de Fátima y cumplía ya con los deberes de la asociación del Rosario Perpetuo.

 

D. Juan Fco Borrego García (Párroco De Rollán) a quien –como a todos los sacerdotes- tuvo tanto afecto, la caracterizó con sus tres amores: Eucaristía, Corazón de Jesús, Santa María:

Conocí a María Antonia en reuniones de espiritualidad, de formación religiosa y de convivencia que celebramos en Zona Rural o Arciprestazgo de Robliza al que pertenece Rollán. En esas reuniones, Mª Antonia la de Rollán era bien conocida y estimada por todos los asistentes y por todos los sacerdotes. En dichas reuniones y de manera especial en las pre-sinodales ella las vivió con todo interés e intensidad y haciendo las aportaciones y sugerencias que creía oportunas. De eso se trataba y lo que se quería: "Que las bases dieran su opinión y ofrecieran sugerencias".

Después como párroco de Rollán, la conocí más de cerca y en ella tuve una fiel colaboradora. Siempre estaba dispuesta para todo lo que hiciera falta. Era una persona muy acogedora y su casa siempre estaba abierta para todos.

Yo para hacer una breve semblanza suya lo hago con estas palabras del Salmo 127: Esta  es la bendición del hombre que teme al Señor. "Tu mujer, como parra fecunda, En medio de tu casa, Tus hijos como renuevo de olivo, Alrededor de tu mesa".

En esta palabras de la Sagrada Escritura veo retratada y reflejada la vida de Mª Antonia.

En estos días de Navidad que hemos celebrado la Fiesta de la Sagrada Familia, que formaban: Jesús, María y José. Y cuando, por diversos motivos, se nos ha querido hablar y contraponer la familia cristiana tradicional y la familia moderna, Mª Antonia había entendido muy bien las lecturas que la liturgia pone a nuestra consideración en la Fiesta de la Sagrada. Familia y en las lecturas del Sacramento del matrimonio.

Ella fue "el alma", junto con su esposo Agustín, de una familia cristiana tradicional y moderna. Ella cumplió a la perfección con el derecho y deber" de educar, formar y orientar cristianamente a sus hijos. En su casa se enseñó con la palabra y el ejemplo a practicar las virtudes humanas y cristianas que San Pablo recomendaba a las comunidades cristianas.

 Su vida sobresalía, entre otras:

Devoción a Sagrada Eucaristía: Participaba diariamente en la Santa Misa. Ella sabía que la Eucaristía es la fuerza del cristiano, promesa y garantía de vida eterna.

Devoción a la Virgen María: y de manera especial a la Virgen de Fátima.

Devoción al Sagrado Corazón de Jesús: Sabía que esta fiesta nos recuerda el gran e inmenso amor de Jesús a todos los hombres.

Ella rezaba el Rosario en la Iglesia en los días festivos, mes de octubre, Cuaresma y mes de mayo. Dirigía también varias novenas y con entusiasmo especial la de la Virgen de Fátima y la del Sagrado Corazón de Jesús.

Era mujer de "Gran Fe" y fundamentada en la fe que tenía "una gran fortaleza" Con esa fortaleza cristiana supo llevar sus enfermedades que tuvo desde su infancia y juventud, supo entender las palabras de Jesús. Mi yugo es llevadero y mi carga ligera.

Fue también fuerte en la enfermedad y muerte de su hija Juani. Es muy fuerte para una madre la enfermedad y muerte de una hija, pero ella entendió las palabras del apóstol. No os aflijáis como los hombres sin esperanza, y las de Jesús: en la casa de mi padre hay muchas estancias y os voy a preparar sitio. Para ella la muerte de Juani significaba, por su fe y esperanza, que Dios la había llamado, pues ya le tenía preparado sitio en el Reino Eterno.

En junio del 2006, Mª Antonia que tantos años había celebrado con gran fervor la novena y fiesta del Sagrado Corazón de Jesús la celebró en el lecho del dolor. Y ella escucharía las palabras de Jesús que ella tantas veces había leído: "Venid a mi todos los que estáis cansados y agobiados y yo os aliviaré. Cargad con mi yugo y aprended de Mí que soy manso y humilde de corazón y encontrareis vuestro descanso.

Todos los que recordamos con afecto a María Antonia "Creemos que ella ese día "Encontró el descanso Eterno en la Casa del Padre". A ella permanecemos unidos por la "Comunión de los Santos" y de ella esperamos que interceda por todos nosotros.

 

11. LA EUCARISTÍA

Desde su Primera Comunión hasta poco antes de partir para la eternidad en que pudo recibir a su Jesús Eucaristía, siempre tuvo una gran devoción al Santísimo. Desde pequeña en que iba con su madre, la abuela María, luego


que siempre iba y en compañía de amigas, más adelante llevando a sus hijos…a las visitas en las que rezaba jaculatorias aprendidas de los misioneros e inventadas por ella: ¡Ven a mí Jesús querido y úneme a tu corazón y ya que buscando mi amor al Sagrario te has venido, si es tu deseo mayor que estén los niños contigo, que Tú siempre estés conmigo que eso es lo que más quiero yo"[7].

Siempre que llegan las primeras comuniones colaboraba en todo para que el acto fuese lo más solemne y entrañable para los niños. Así lo reflejó en las coplas dedicadas a los que recibían el sacramento por vez primera el mayo de 1989:

 

PRIMERA COMUNIÓN

Mayo 1989

 

 

 


En el día más feliz

lo debemos meditar,

porque se acercan mis padres

conmigo aquí a comulgar.

Lo primero que te pido

que mi alma siga igual,

tan pura, tan candorosa,

que eso es lo principal.

Mis padres que no se olviden

la alegría que me dan,

pero que sigan viniendo

a misa y a comulgar.

De qué nos sirve en el mundo

el alejarnos de Dios,

si a la hora de la muerte

reclamamos su perdón.

Por eso yo en este día

te pido de corazón,

nos amemos como hermanos

como lo manda el Señor.

Jesucristo, yo te pido,

ya que Tú nos quieres tanto,

que pensemos en el cielo

que nos tienes preparado.

Al trigo

Triguito de mi trigal,

al venir a comulgar,

te pido en este día,

me libres de todo mal.

Al pan

Yo, Jesús, sólo te pido

en este pan consagrado,

en este día feliz,

evite todo pecado.

A la leche

A Jesucristo querido

yo le quiero regalar,

esta jarrita de leche

que mis vaquitas me dan.

Al agua

El agua es tan necesaria,

Jesús nos la da de balde,

por eso le damos gracias

y queremos que nos salve.

(Dedicada a 11 niños de catequesis)

 

 

 


 


 

El corazón de Jesús. La imagen de nuestra iglesia está en el lado izquierdo del presbiterio. Aunque es de escayola, se ha ganado la veneración de los fieles. Muy vinculada a la figura de Santa Margarita María Alacoque, siempre se le ha honrado con la novena, la fiesta y no son pocos los que han tenido la costumbre de practicar la devoción de los "primeros viernes". María Antonia como reconoce su párroco y todos sus hijos, tuvo una fe grande en el Corazón de Jesús; hacía los primeros meses en su honor, consagraba a sus hijos al Corazón de Jesús y siempre que alguien viajaba o salía de la casa, procuraba que tuviese un detalle con el Señor a través de su imagen.

 

12. MOVIMIENTO DE MOVIMIENTOS

La definición que cuadra perfectamente a la parroquia se puede aplicar a María Antonia. Cuatro de sus hijos son cruzados y cruzadas de Santa María, institutos seculares fundados por el Siervo de Dios Tomás Morales; Jesús, el mayor, con Conchi su esposa son miembros del movimiento y de la comunidad de Cursillos de Cristiandad; Mary Lumi es religiosa adoratriz. Estas familias de la Iglesia se convirtieron también en su familia. Nunca vio dificultad para sumar, para integrar. Sabía muy bien desde sus años de pertenencia a la Acción Católica que la Iglesia es Madre de numerosos hijos que viven su maternidad en el marco de un carisma familiar.

Jesús, su hijo, rescata esta fidelidad a la iglesia, participando activamente en todos los actos organizados por la parroquia de San Lorenzo de Rollán, muy especialmente en las celebraciones de la Eucaristía y el Santo Rosario. Igualmente participando del consejo parroquial y representando a la iglesia de Rollán en la pastoral diocesana; cuantas veces me acuerdo del Sínodo Diocesano que se celebró en Salamanca en los años 1.987 –1.988, ella iba en representación del Arciprestazgo  de la zona de Rollán, y yo del movimiento de Cursillo de Cristiandad; recuerdo que en uno de los grupos hubo una fuerte discusión en torno al tema de los sacramentos; en la reunión general se leyó todo lo trabajado en los grupos y mi madre me dijo " me da la impresión que tú estabas en el grupo de la discusión". Participó activamente en las reuniones y convivencias  que tenían los matrimonios de los hogares en la Milicia de Santa María. Disfrutaba mucho con las personas de la Milicia  . Sus impresiones las recoge en poesías que luego les recitaba.

 

ASOCIACIÓN DE PADRES Y AMIGOS DE LA MILICIA DE

SANTA MARIA. (23 de abril de 1993)

 

 


Otra vez en Salamanca,

Zamora y Valladolid,

amigos de la Milicia

nos volvemos a reunir.

Y al estar en la Milicia

todo son dones de Dios,

pero tendremos que hacer

muchos ratos de oración.

Y estos días tan alegres

sirvan de meditación,

el tener el alma en gracia,

eso es una bendición.

Si se hace con alegría

cada vez te gustan más

pidámoselo a María

y ella lo concederá.

Este día de Retiro

todos juntos en unión,

y después las convivencias

alegran el corazón.

Y a todos en general

si haces bien nos da alegría

y después la gloria eterna

ya para toda la vida.

Y el retiro de Abelardo

eso nos hace gozar,

con Abelardo se goza

en cuanto se le oye hablar.

Pero aquí la conclusión

que debemos de sacar

es trabajar en unión,

para más almas salvar.

Pues Dios nos pedirá cuentas

conforme nos haya dado,

de los dones recibidos

y saber administrarlos.

Y cuando llegue la hora

estemos bien preparados,

y allí todos los amigos

nos demos un buen abrazo.

Y Dios con gran alegría

diga: "Venid a gozar

que ya tenéis aquí el premio

por toda una eternidad".


 

13. CINCUENTA AÑOS DE FIDELIDAD

"A los padres que más amaron y a quienes más amamos. Por lo que nos han dado y porque ellos mismos se nos han dado. Sus agradecidos hijos, en estos primeros 50 años". Tal fue la dedicatoria del librito-homenaje que estampamos en la primera página. ¿Y qué hijo que ha recibido la gracia de tener tales padres no vive agradecido? Pues nosotros ocho (siempre sentimos que Juani desde el cielo nos acompaña) lo hemos experimentado de tal manera que no nos queda otra. Amor con amor se paga. Un pequeño detalle lo quisimos reflejar en este librito que reflejaba el "flechazo", el noviazgo, matrimonio y luna de miel de nuestros padres. Y como toda la sociedad española estaba con el IV Centenario del Quijote, recreamos la historia con su estilo y lo titulamos "Del feliz casamiento de don Agustín de Carnero (pueblo salmantino) con doña María Antonia de Rollán en sus 50 años de dicha familiar". De igual manera recogimos las mejores fotos y preparamos un DVD de 15 minutos  titulado "Una llama que no se paga. Bodas de oro, 1955-2005". Y, como a nuestra madre le gusta cantar, recogimos un CD con una selección de canciones populares de nuestra tierra. Y, como también ha compuesto poemas y coplas, editamos un libro casero titulado "Coplas hogareñas" que como dice en la presentación "brotaron aún antes de formarse la familia; con la historia de una enfermedad, una cruz, pero ya desde entonces, con una esperanza, Santa María de Fátima, una luz; y luego todos los sucesos que han marcado nuestra vida, la de Rollán y Salamanca, la de Gredos, Lourdes y Fátima, la de la tarea doméstica de cada día y la d el compromiso con la Iglesia sinodal, fiestas de familia, bodas de plata, dolores y gozos…hasta la jubilación, estallido del corazón, cántico, al ritmo de la sartén o de la escoba".

 

La celebración fue programada con más de un año de antelación como los jubileos. Había que asegurar que no faltaría ninguno, así estuviésemos en México, Perú, Madrid, Zamora o Salamanca. Para nosotros la capital del mundo del día 31 de agosto sería Rollán. La catedral, la iglesia parroquial San Lorenzo de Rollán, la que nos ha  cristianado, aportándonos dicha completa y la que nos ha dado una vocación y una misión. El hotel-restaurante, las cocheras que adecentamos y adornamos para el evento. Nuestros invitados, adoratrices, cursillistas de cristiandad, miembros de la Familia de Santa María (cruzados, cruzadas, militantes), primos, amigos y vecinos, aproximadamente unos 200.

Lo central fue la Eucaristía. El grupo juvenil parroquial acompañó las canciones que con el folleto repartido ayudó a participar y vivir la Misa plenamente. Presidió don Juan Francisco, párroco de Golpejas y Rollán; Concelebraron los Padres Manuel Almeida, diocesano, Feliciano Rodríguez y José Ángel Madrid, cruzados de Santa María, y el P. Dionisio Castillo, capellán de cursillos de cristiandad, quien corrió a cargo de la homilía que bien merece comentario aparte. Nos habló del motivo de la celebración: "la permanencia de la fidelidad mutua en el amor de Agustín y María Antonia durante cincuenta años, como muy buena noticia, un Evangelio para todos". Luego, hizo una doble reflexión, hacia el pasado, en el que ha brillado la consumada unidad en mutua fidelidad y fecundidad de los ochos hijos –cinco de ellos consagrados a Dios, 4 en la Cruzada de Santa María y una en las Adoratrices- , y por lo que hay que dar gracias y felicitarse. Y, en segundo lugar, hacia el futuro, alentado con la palabra de Dios, y el deseo de que sigan gozando de la presencia de Dios, siendo fieles y llenos de amor en el día a día, como un día –hace ya 50 años- hicieron y ahora van a renovar en el momento central de la Eucaristía.

Agustín y María Antonia: Hoy es un día grande para vosotros y para los vuestros: familiares y amigos. Por este motivo, como creyentes convencidos, habéis querido escoger, para recordar aquella fecha en el que, libremente, os dijisteis un sí y os prometisteis fidelidad en el amor, el ambiente festivo, alegre, celebrativo de la Eucaristía. Y habéis querido, también, cumplimentar el consejo de san Pablo: "Celebrad la Acción de Gracias: La Palabra de Cristo habite en vosotros en toda su riqueza. Cantad a Dios, dadle gracias de corazón con salmos, himnos y cánticos inspirados, por medio de su Hijo Jesucristo". Dadle gracias de corazón, y sed agradecidos con el Señor que ha sido bueno y cariñoso con vosotros y con todos los vuestros, a pesar de algunas circunstancias difíciles y menos gratificantes que conlleva la misma vida. En definitiva, el Señor ha sido quien ha hecho posible que llegase este momento de gozo y de alegría, que queréis ahora compartir con nosotros, especialmente en la Eucaristía, el Sacramento cristiano del amor por excelencia...

 Al final, María Antonia recitó al lado de la imagen de la Virgen de Fátima y desde su silla de ruedas un poema de acción de gracias.

 

Y de la misa a la mesa, no sin antes propinar a los "recién casados" varios kilos de arroz a la cabeza al salir de la iglesia. A continuación, se invitó a todos los participantes a acompañarnos de unos bocaditos, tapas, bebida, para brindar por los 50 años y los que el Señor les quiera dar… Además, al ritmo de la canción "Guadalajara en un llano" le fuimos cantando: "Hoy Rollán está de fiesta para poder festejar/ a Agustín y María Antonia, un matrimonio ideal/. Bodas de oro en familia, una dicha singular/ 50 años vividos de entrega y fidelidad". Un tiempo de encuentro de esta gran familia que ha tenido la dicha de experimentar el amor de Dios y que goza en compartirlo.

 


VERSOS  BODAS  DE ORO

EN LEDESMA 11 de junio 2005

A la sombra de un rosal

Cantaba una alondra hermosa

y en su cántico decía

 Siga siendo buena esposa.

Siga siendo buena esposa.

Amando mucho a mi esposo

Cantaba alegre un jilguero

En su cántico armonioso

También le digo a mi esposo

Como creo lo ha de hacer

Que para ser buen marido

Siga amando  a su mujer.

Al estar aquí reunidos

Los de la tercera Edad

Al hacer las Bodas de oro

Pocos podamos llegar

A la virgen con gran fe

Le pedimos con anhelo

Nos sigamos más amando

Después nos llevará al cielo.

 

14. COSER, CANTAR Y ACONSEJAR

El dicho popular le cuadra perfectamente a María Antonia, pues siempre estaba cantando y cosiendo o zurciendo alguna prenda de vestir. Aprendió a coser con máquina en casa de la Sra. Sofía Rodríguez .

Su casa fue siempre la casa de todos. Si comenzamos con los sacerdotes, sabían muy bien que ahí tenían la mesa puesta o el lugar para descansar; de ello, la llave de la iglesia –por la cercanía al templo- en los momentos en que no ha habido párroco fijo se guarda en la casa.

Era muy cariñosa en todo. Su generosidad no tenía límite. Siempre confiaba en los suyos y no tenía secretos ni dobleces.

Varias de las vecinas, recuerdan cómo siempre que pasaban por la casa conversaban y salían contentas por haber recibido –además de algún dulce o refresco- un buen consejo. Josefina Martín Pérez, que fue su ahijada, recuerda los buenos consejos que le daba a ella y a sus amigas: antes de ir con los novios de paseo que rezáramos una salve

Así lo refiere Mari Pureza: Cuando estábamos hablando con intimidad, siempre me decía con cariño: Mari no te vayas, ¡quédate un poco más! Siempre me estimulaba con sus buenos consejos De su familia siempre hablaba bien.

De último un día al final cuando pasé a verla estaba cosiendo un botón de una chaqueta, le costaba y le dije ¿te lo coso? Y consiguió coserlo.

Los testimonios coinciden. Era muy alegre y siempre se la encontraba de buen humor y bastantes veces cantando. Cuenta su amiga Isidora que una vez estaban en la calle hablando y se reían a carcajadas, tanto que al pasar una señora les dice: "menos mal que os conozco y sois buenas personas, sino pienso que os estaríais riendo de mí".Por su parte, su hijo Jesús, destaca cómo se las ingeniaba a hacer de nuestra vida una fiesta: "cuánto le gustaba celebrar y compartir cualquier acontecimiento de su familia y amigos (cumpleaños, santos, bodas, comuniones o cualquier reunión social); siempre de buen humor, le encantaba cantar y sobre todo recitar  poesías que ella misma había creado para darle solemnidad a dicho acontecimiento.

 

15. SPRINT DE AMOR

El derrame cerebral cambió su vida. Ella que había corrido de un sitio para otro, de repente se sintió frenada, postrada en la silla de ruedas. Le humillaba el no poder ni siquiera llegar al baño cuando su enfermo organismo se lo reclamaba. Pero en los tres años de dolorosa enfermedad, su voluntad de hierro y su abandono en Dios ganaban casi siempre. Cuando se daba cuenta de su impaciencia, sonreía y balbucía: ¡Y qué le vamos a hacer, hijo, si Dios lo quiere, bendito sea Él! Y lo ofrecía como los pastorcitos de Fátima a los que tanto admiraba e imitaba.

¡Cómo agradecía cualquiera de nuestros gestos de ayuda, especialmente los de su esposo Agustín! Recuerda la Sra. María Pureza: "En su última enfermedad. Me decía con Agustín estoy indultada. Los hijos demasiado vienen. Un día que íbamos a misa le chascó la rodilla y dijo ¡Ay Virgen santísima ayúdame!

Cuando no podía salir de casa le  preguntó varias veces a su prima Balbi: ¿A qué edad dejó tu madre[8] de ir  misa a la Iglesia?

Su amiga Isidora, con quien tuvo tantas confidencias, escribe el dolor por  su partida: "Pues siempre nos complementábamos y hablábamos de nuestras cosas, era buena consejera. La he llorado. Espero que la Virgen la haya llevado con Jesús. Ella después de la operación de las caderas, ya iba perdiendo mucho. La última etapa estaba ya ingresada en el Hospital unos días antes de su muerte. Fui a visitarla  y le dice a las tías ¿Quién es, ella menea y dice en voz baja Isidora, muchas gracias. Las últimas palabras que me dijo  se compadecían de mí

 Ella fue muy feliz y satisfecha, aceptaba todo con alegría. Yo a veces le decía cosas que me costaba entender, cambio de la liturgia, Si lo hace el Papa a obedecer.

He sentido mucho su muerte, la he llorado como una amiga. Pero ha vivido muy alegre como una mujer cristiana y comprometida con la Iglesia, alegre de su familia y de ser un apóstol.

Su hija Marian, que estaba en México, con motivo de su enfermedad vino para acompañarla los meses de septiembre y octubre del 2003:  "tuve la suerte de poder estar cuidándola con motivo de su enfermedad. Fueron dos meses de mucho dolor pero también de mucho agradecimiento y aprendizaje a su lado. Recuerdo que cuando me vio aparecer en el hospital viendo la gravedad de su enfermedad me dijo: "Ahora ya me puedo ir al Cielo porque la Virgen me ha concedido el regalo de poder ver a todos mis hijos".  Daba gusto cuidarla porque cualquier detalle que tenías con ella te lo agradecía. Te pedía continuamente perdón cuando sentía que  nos molestaba al tener que estar en cada momento pendientes de ella. Mis mejores ratos de oración los viví estando a su lado: ver su aceptación de la enfermedad sin queja y con tanta fortaleza. Su fuerza de voluntad era admirable: como consecuencia del derrame se le quedó paralizada una parte del cuerpo, casi no podía mover los brazos ni comer.  Pero cada día hacía ejercicios para esforzarse en mover los brazos e intentaba ir cogiendo la cuchara aunque se le cayera la comida… Al final consiguió recuperar la movilidad en los brazos y comer por ella misma.  Cuando tuve que regresar a México me pidió que le escribiera contándole las impresiones de estos meses que habíamos pasado juntas.   En el vuelo, 13 horas dan para mucho, empecé a escribir los recuerdos que quedaron plasmados en forma de poesía.

 


Desde lo alto del Cielo

Y cruzando el ancho mar

Te dedico esta poesía

Porque prometida está.

 

El corazón de una madre

¿con qué se puede igualar?

Su corazón está lleno

De amor, ternura y bondad.

El Señor te quiere mucho

De eso no puedes dudar

Estando sana o enferma

Te colma con su bondad.

 

La Virgen de Fátima ha sido

Sigue siendo y lo será

Tu maestra y protectora

No la puedes olvidar

A la Virgen  pediremos

 se cumpla su voluntad

Como tú siempre repites,

Ella nos ayudará.

 

Las palabras quedan cortas

Para poder expresar

Y agradecer tus cuidados

Con gran  generosidad

Estos dos meses pasados

No se pueden olvidar

He aprendido a tu lado

Lo que es amar de verdad

A aceptar el sufrimiento

Vivir con serenidad

Disfrutar cada momento

Y en el alma tener paz.

 

Días de inmenso dolor

Pero también de alegría

Al estar todos unidos

Como una bella familia.

Dios se sirvió del dolor

Para juntar a tus hijos

Y cumplirse tu deseo

De estar contigo reunidos

 

El primero tu marido

A tu lado siempre está

Suavizándote las penas

Y alegrando el caminar.

 

Tus hermanas no digamos

el amor que te demuestran

Y cuando hablas de ellas

 tu boca queda pequeña:

Tenéis que quererlas mucho,

con todo el corazón

Merecen un monumento,

se lo haremos ¡sí señor!

 

Cada uno de tus hijos

Ha aportado lo mejor

Unos cerca, otros lejos

Cada cual en su misión

Pero ninguno te olvida

Eso lo aseguro yo.

 

Jesús es tu primogénito

Y con Conchi  y con David

Están pendientes de todo

Y en qué poderte servir

 

José Antonio está en Perú

Y allí en la retaguardia

 Pide y ora por su madre

Que se ponga pronto sana

 

Agus siempre está contigo

Y te hace compañía

Y aunque no te cuente mucho

Por ti vela noche y día

 

Juan Luis se vino a Zamora

Para de ti estar más cerca

Prepararte buenos guisos

Mejores que la menestra.

 

 

Mari Lumi es tu angelito

Cuida tu cuerpo y heridas

Y te trae la comunión

Que te llena de alegría.

 

¡Cómo olvidarnos de Juani

y de su inmensa bondad!

Desde el Cielo ella nos mira

Llena de felicidad.

 

Isa, Jesús y los niños

Te contagian alegría

Ánimo abuela repiten

Desde Aranjuez no te olvidan.

 

Y yo soy la benjamina

La pollita Marianita

Que con amor y cariño

te dedica esta poesía

 

Y con verdad y salero

Alzando mucho la voz

Repite con mucho orgullo:

¡Como mi madre no hay dos!


 

 

16. DESCANSA EN PAZ

Era la fiesta del Corazón de Jesús, celebramos la Misa de funeral en medio de una gran muchedumbre, todos sus familiares, representantes de cruzados y cruzadas de Santa María,  Adoratrices, Cursillos de Cristiandad, todo el pueblo de Rollán, muchísimos amigos que nos han acompañado tanto con sus oraciones y ánimos. Presidió la celebración don Juan Francisco, párroco de Rollán, que recordó los "tres amores" de mi madre: el Corazón de Jesús, la Virgen María (especialmente en su advocación de Fátima) y el Santísimo Sacramento de la Eucaristía. El P. Feliciano Rodríguez en su homilía recalcó precisamente que el Corazón de Jesús en su día le abría sus brazos y la invitaba a vivir en el Cielo, feliz para siempre. Con oraciones y cánticos, especialmente las estrofas de Fátima, la llevamos y la despedimos en el cementerio del pueblo y en la misma tumba que mi hermana Juani espera la resurrección final.

Particularmente me queda su sonrisa y ánimo constante y la canción aprendida de los misioneros populares: "Al cielo, al cielo quiero ir". Ella nos lo adelantó y se lo adelantó haciendo agradable nuestra vida y llenando la suya de la vida sacramental de Jesús y de una coherencia permanente en el trabajo y en el descanso, en la oración y en la acción.

Muchísimas gracias a todos y a vivir nuestro suelo puesto nuestro corazón en el Cielo.

En la misma tumba en que fue sepultada Juani, su hija tan querida, fue sepultada ella. Las dos unidas esperan la resurrección gloriosa

 

17. COHERENCIA

Es la palabra con la que la caracterizan sus hijos Jesús e Isabel. El primero destaca su testimonio: "siempre vi en ella una coherencia ejemplar, tratando de hacer vida todo en lo que creía; sabiendo adaptarse a los signos de los tiempos, no exentas  de  nuestras disputas generacionales, pero siempre con respeto y firmeza en sus convicciones  cuando la ocasión lo requería. Siempre tendré presente su testimonio en la aceptación de  su enfermedad y el de la muerte de nuestra querida Juani".

Isabel descubre que el hilo conductor de su vida es precisamente esta coherencia:

"Los recuerdos de mi madre se agolpan en mi interior como un pequeño tesoro de  hija privilegiada que goza de haber tenido esta madre tan abnegada, conversadora, generosa, cariñosa, religiosa, humilde…

 Es muy difícil para una hija escrutar en los recuerdos maternos, pero si hay alguno que destaca de entre todos ellos es el de coherencia. Mi madre fue una mujer coherente a lo largo de su vida, una coherencia que incluso supo llevar muy bien en su enfermedad, incluso ya a punto de su propia muerte, haciendo real ese lema de que se muere igual que se ha vivido. Vida y muerte fueron para ella las dos caras de una misma realidad: de Dios venimos y a Dios vamos. Esto lo tenía muy claro María Antonia y así lo impregnó en su vida.

Son por tanto muchos recuerdos bonitos.

Los infantiles rodeados de alegría desde que nos levantábamos con el cola-cao con pan frito (pringás) antes de ir al colegio, alegría que nunca se vio turbada pese a la ardua tarea de tener que ir previamente a las pozas a lavar a mano en plenas heladas de invierno, con carámbano incluso. Mis retornos de la escuela con la merienda preparada de embutido que la familia elaboraba. Mi interlocutora para escucharme en mis aprendizajes escolares, recitándole alguna poesía, tabla de multiplicar, capitales europeas y lo que se terciase. Me acuerdo muy bien la paciencia con la que lo afrontaba, aunque no comprendiese mucho lo que me preguntaba; luego me decía: "como me lo explicas así aprendo algo". Como olvidar esa imagen silenciosa cosiendo, mientras estudiábamos y cuando veía que no molestaba se ponía a coser cantando. Cantar era una de sus debilidades y lo hacía frecuentemente. No puedo olvidar tampoco el final del día rodeándonos a todos después de cenar para rezar el rosario. Esta oración era una de sus preferidas y no faltaba ningún día que se dirigiese a la virgen con este rezo.

Los momentos juveniles siempre estuvieron rodeados de muchos consejos, pese a ser una persona muy estricta en cuanto a sus convicciones morales. Siempre estaba dispuesta a escucharte cada vez que salía de fiesta procuraba al día siguiente conversar conmigo en el desayuno para preguntarme qué tal me lo había pasado la noche anterior, deseaba que le contara cosas y darme consejos, Incluso cuando me veía algo triste me decía: "cuanta pena me da, que venís tan tarde y veo que no estáis muy contentas. Es señal de que ayer no os lo pasasteis bien". Yo decía para mis adentros cuánta razón tiene. En mi adolescencia siempre estuvo ahí, pendiente de todo. Visitándonos todas las semanas en Salamanca para llevarnos comida o productos caseros, para que tuviéramos más tiempo para estudiar, animándonos en nuestros estudios cuando veía que las notas no reflejaban lo que esperábamos.

En mi madurez pese a que había más distancia , pues vivía primero en Extremadura y luego en Aranjuez siempre intentaba estar a mi lado aunque fuera con una simple llamada de teléfono: "sólo para escucharte la voz" "aunque gaste, son los únicos cafés que me tomo", son expresiones que siempre solía decir. No obstante supo disfrutar muy bien de esos momentos. En las visitas que me hizo a Cáceres disfrutó un montón viéndome conducir y hacer nuestras pequeñas excursiones por Mérida, Olivenza, Montánchez, el casco histórico de Cáceres…  Recuerdo que me decía no pensaba yo que adelantaras a ningún camión y  no veas como lo haces, pues acaba de retomar el acto de conducir.

En mi matrimonio acogió a mi marido como uno más y a los nietos los quería con locura. Sólo tenía un pesar, decía ella "Ya no puedo cuidar de los nietos como cuando lo hice con tu sobrino David", pese a ello y a pesar de lo duro de su enfermedad, siempre tenía palabras de cariño para los niños. Cuando le pregunto a los niños que recordáis de tu abuela me suelen decir" que nos quería mucho y rezaba mucho". No olvidaré nunca lo que disfrutó con mi boda, con el bautizo de mis hijos y sobre todo con sus bodas de oro. Un sueño que gracias a Dios pudo cumplir. Siempre decía "cuánta ilusión me haría poder disfrutar las bodas de oro" Y así fue. Dios  se lo permitió. Fue para ella una gran satisfacción, verse rodeada de tanta gente que la queríamos.

Por tanto resumo que mi madre fue una persona:

. abnegada: capaz de olvidarse de sí misma para darse a los demás, empezando por su marido, hijos, nietos, hermanas…

. conversadora: dispuesta siempre a salir al encuentro del otro a través de la palabra

. alegre: emanaba alegría por todos los costados. Tenía a Dios que era lo más importante y con él la felicidad.

. generosa: daba todo lo que tenía y hacía realidad un lema evangélico" cuanto más se da más se recibe", dicho en lenguaje rollanejo "lo que uno da sale por una puerta y entra por otra".

 

Argimiro de La Nava recuerda cómo ya jubilados iban por la escuela a recitar versos antiguos alumnos por invitación de D. Manuel Acera, Doña Teresa y D. Eugenio, y resume alguna de sus facetas y virtudes:."Una mujer celosa de la familia. Responsable en su trabajo. Estaban para la entrega de sus hijos y su esposo. Se preocupaba mucho de una buena educación para sus hijos. No tenía miedo al que dirán. Aquello que se suele decir en los pueblos. Pueblo pequeño infierno grande. Daba buenos consejos a toda la gente. Participaba con alegría en las novenas, rosarios y actividades religiosas. Era entusiasta y trasmitía confianza y seguridad a los que le rodeaban. Procuraba ser positiva y no le gustaba hablar mal de nadie. Una mujer de vida interior. Sabía apreciar los talentos de las personas. Daba el último a Dios a la gente que moría que digno de agradecer".

 

18. PRESENTE ENTRE NOSOTROS

Su hija Mary Lumi, adoratriz, describe en forma de carta los sentimientos encontrados ausencia-presencia, al comenzar a vivir para siempre.

 

Querida Madre: Unas letras para comunicarme contigo.

Qué larga se me está haciendo la ausencia, qué doloroso es este proceso de la pérdida de alguien que quieres.

Es un doble sentimiento, por un lado la ausencia física y por otro lado la presencia constante. Me encuentro en este proceso de ausencia-presencia, pero, ¿sabes una cosa? Que predomina la presencia, una presencia que me habla constantemente de ti, te llevo tan dentro que todo me habla de ti. Decirte que tengo mucha paz, que cuando uno ha hecho lo que ha podido, no está obligado a más.

Gracias madre por todo lo que me has dado, en primer lugar la vida, por darme hermanos, por ponerme en contacto con todo lo que a ti te llenaba y daba sentido a tu vida: Dios, gracias por ese Dios encarnado  que viviste y que con tu ejemplo nos has transmitido: enfermos, vecinos, gente del pueblo, tu casa siempre ha sido casa abierta para todo el que llegaba.

Gracias porque soy un poquito de lo que  con tu vida fuiste haciendo y  transmitiendo. Te pido madre que me acompañes en mi caminar diario, dame tu fuerza y que Jesús y Mª sigan siendo mí referente. Un beso y hasta siempre, tu hija Mari LUMI

 

Su hijo Juan Luis, al concluir con paz sus diez días de Ejercicios Espirituales, celebrando sus 25 años como Cruzado de Santa María el 8 de diciembre del 2008, da gracias a Dios Padre por todos los dones recibidos, el más importante, sin duda, su madre: La meditación ´para alcanzar amor` en este día tan propio para una persona que quiere en todo amar y servir. Pues ama y haz lo que quieras. Esto es admirable en una vida. Me gustaría dedicarle esta carta a mi madre de la tierra. Ella me enseñó a conocer a la madre del cielo. Ella me dio la vida, me enseñó a amar, a olvidarse de sí y a perdonar. ¿Puede un hijo olvidarse de una madre así? Amar a Dios sobre todas las cosas y al prójimo como a uno mismo. Me gustaría Virgen María que me ayudases a escribirle una carta a mi madre ahora que gozará de tu paz y alegría por toda una eternidad. Mi madre María Antonia nació un 11 de febrero de 1929 en Rollán. Fue una mujer sencilla, trabajadora, alegre. A sus 20 años se encuentra con una cruz que se convierte en luz. Pasa un año en cama, es desahuciada por los médicos quienes no le dan mucha esperanza de vida. Recurre a la Virgen de Fátima y se siente curada. Siente la vocación al matrimonio y es madre de ocho hijos. Mujer trabajadora, a pesar de las dificultades, quiere lo mejor para sus hijos y consigue darle a todos formación humana y cristiana. Todo a base de esfuerzo, sacrificio y voluntad. Gracias, Señor, por todo.

 

 

Marian: Lo que más recuerdo de mi madre es su amor a la Virgen de Fátima: he tenido la suerte de nacer en una familia cristiana y numerosa, de las de antes, con 8 hermanos en lo que todo se comparte y todo se sufre, en esta familia,  mi madre,  una madre cristiana me  enseñó a tener como centro de mi vida a María.  En ella mi madre terrena aprendí a conocer a mi otra Madre Maria, su abnegación, su entrega, su olvido de sí… me hablaban de Maria, el amor apasionado que tenía a la Virgen de Fátima, esa Virgen que milagrosamente la curó a sus 18 años cuando los médicos decían que no había posibilidades de curación.  Y este milagro nos cambió a todos la Vida, porque claro los médicos dijeron que si se curaba, última posibilidad, no podría tener hijos. Y yo doy fe de que soy la 8ª de esta familia.  Por eso siempre hemos crecido de la mano de la Virgen de Fátima, recuerdo como todas las noches nos juntábamos al calor del brasero a rezar el Rosario, y si alguno empezaba a quedarse dormido tenía que caminar por el pasillo para no dormirse, recuerdo esos meses de mayo en que mi madre nos enseñaba a ofrecer sacrificios a la Virgen, cada día en una hoja escribíamos el sacrificio que le íbamos a ofrecer y el 31 de mayo íbamos a la iglesia a presentarle a la Virgen todo el ramillete, recuerdo las novenas a la Virgen de Fátima. Una en mayo, para su fiesta  y otra extra en septiembre para dar gracias a Dios por la cosecha… Y de esta mano de la Virgen iba creciendo.  Siempre me animó a  seguir al Señor, a ir a las actividades de la milicia, cuando me veía más desaminada ella me animaba que no faltase. En sus cartas siempre me estimulaba a perserverar en el camino de entrega al Señor, aun sabiendo que eso suponia para ello la renuncia de no verme con tanta frecuencia.

 

Su espíritu de sacrificio  y renuncia lo tenía siempre a ejemplo de los pastorcitos. Siempre que le ofrecías algo fuera de las horas de las comidas no lo aceptaba (un caramelo, un vaso de agua, un dulce), no hacía drama de ello, con la mayor naturalidad te decía que en ese momento no quería. Después de ver que nunca aceptaba, me parecía raro y ella decía: hay que ofrecer estas pequeñas cosas como los niños de Fátima.

Su ejemplo se quedó marcado en mí más que si me hubiera dado cien charlas sobre la Eucaristía, siempre me llevaba a hacer las visitas al Santísimo, a misa, tanto así que salía corriendo del colegio para no perder la misa que puntualmente empezaba a las 5 de la tarde.

 

Como soy la hermana pequeña, todos marcharon a estudiar a Salamanca y estuve tres años de 6º a 8º de hija única en el pueblo. Qué años tan felices y como aprendí de su sencillez y  alegría. Recuerdo como los domingos era el día en que lo dedicabas al Señor, así nos lo decías… y  a visitar a los vecinos del pueblo que estaban enfermos o solos. Disfrutabas con nada, no te gustaba la TV, te parecía una pérdida de tiempo, y pasabas horas y horas leyendo  las cartas de tus hijos o las revistas critianas a las que estabas suscritas, mientras cosías y cantabas. Siempre tenía algo para los demás, una palabra amable, unas patatas, unos tomates recién traidos de la huerta…


Mujer salmantina ejemplar

 

Se llamaba  María Antonia Rodríguez y era de Rollán (Salamanca).   Campesina alegre y sencilla, esta mujer del pueblo escribía y recitaba poesías. Dulce  como  los poetas, tenía alma de apóstol. Con su esposo, Agustín, compartía las tareas agrícolas para sacar adelante a sus ocho hijos; su interés por educarlos cristianamente, disolvía los obstáculos de las labores agropecuarias, como se derrite la nieve con los rayos del Sol.  Con juegos y cantares,  aquellos muchachos revoltosos aprendían de su madre el catecismo, mientras recogían  todos las gavillas o se divertían dando vueltas en la parva con el trillo u ordeñando las vacas.  Con  pedagogía alegre, les enseñaba la madre  poetisa. Ante este ejemplo, ¿habrá padres que puedan decir que no saben cómo hablar de Dios a sus hijos? Me recordaba, María Antonia, a las madres santas de la Historia (Mónica de Tagaste, madre de San Agustín; Juana de Haza, castellana y madre de Santo Domingo de Guzmán...), que se santificaron en el amor a su marido y en la educación esmerada de sus retoños,  que a ella le salieron alegres y entrañables. En su entierro ( 23 de junio, festividad del Corazón de Jesús, su devoción predilecta junto a la Eucaristía y a la Virgen de Fátima) me embargó una profunda emoción; no tanto, aunque también,  por decir adiós a una amiga y madre de amigos, cuanto por tener la impresión de que asistía a la despedida de una santa ( más que encomendar su alma a Dios, se me ocurrió encomendarme yo a ella). El funeral fue impactante. La razón me la dio una señora del pueblo: "teníamos que venir: era una gran mujer y una gran familia".  La  conducción de féretro se convirtió en festiva procesión:  se cantaba por el camino ( con himnos de alegría, comenzó también su funeral). Con cinco hijos consagrados, uno de ellos misionero, ¿no evoca esta familia a la de Santa Teresita?  Juani (+) fue su primer fruto de santidad. Los santos son muy distintos y sus formas de santificación, diferentes; pero se parecen en que acogen y abrazan la voluntad de Dios.  María Antonia se distinguió por la formación cristiana que supo dar a sus hijos (catecismo,  visita al Sagrario y a los enfermos ), en  lo que participó, acaso sin saberlo, Agustín, gran admirador de su esposa. Cuando los padres se apoyan y admiran, ¿ no es verdad que sus consejos y enseñazas se revisten de mayor autoridad?

Josefa Romo

 

 

 

 



[1] Murió a los 74 años de edad, a los pocos meses que su esposa, sin duda que muy afectado por la pena de quedarse solo, aunque en todo momento estuviese cuidado por sus hijas y especialmente por sus nietos como Juani.

[2] Fallece por problemas del corazón a los 69 años de edad, el 27 febrero de 1974.

[3] Este sacerdote ejerció su ministerio desde el 26 junio de 1927 hasta que fue sustituido por don Manuel Domínguez, 24 junio 1941

[4] Canción enseñada por doña Romana

[5] Aunque no figura en el Diccionario de la Lengua Española, de la RAE, el respigo es el donativo que hacen los comensales a los novios.

[6] En 1948 se colocará en un retablo fruto de la devoción de la misma hermandad y que costó 1800 ptas. Como se sabe San Isidro es el patrono de Madrid y de los labradores. La anécdota más célebre de su vida es que, deseoso de estar siempre unido a Dios en la oración y de participar en la Misa, Dios envió un ángel para que le hiciese sus labores del campo.

 

[7] De la Señora Petra.

[8] Teresa Berrocal

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